Fitoterapia hacemos todas/os
- Horacio Mesón
- 3 feb 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 feb 2023

La tarea es escribir sobre “fitoterapia” , y la pregunta es ¿por dónde comienzo?
Hay tanto para contar y transmitir: descubrimientos, encuentros, bienestares, experiencias propias y ajenas. Los trabajos de campo y tantas caídas en cuenta en esta última década, tanto valor agregado. Me parece que lo más importante es que se sepa que fitoterapia hacemos todos y todas, y que nuestro vínculo con los vegetales es tan antiguo como nuestra existencia. Este reino, el vegetal ha estado a nuestro servicio desde siempre y para nada hemos sido recíprocos.
¿Por qué digo fitoterapia hacemos todos? Desde pequeño cuando imitaba a mis mayores, en este caso a mis abuelos maternos. Cortaba de un cantero húmedo de la casa unas hojas de Hierba buena (variedad de menta), las colocaba en un recipiente pequeño o mediano y le agregaba agua. En este caso jugaba con agua fría, pero se le vierte agua caliente a una temperatura anterior al hervor, dejándola reposar unos minutos y luego tomándola a temperatura agradable. Esto es una infusión y los principios activos de esta planta estaban enfocados en este caso a solucionar el dolor de estómago, algún cólico por indigestión seguramente.
Recuerdo cuando mi abuela me aplicaba con un paño sobre los ojos una ya tibia infusión de Romero. Eran lavajes que me hacía y también con Cola de caballo, funcionando ambos como desinfectantes por unas presuntas conjuntivitis. Las cataplasmas son otra forma de utilizar esta terapia, por un pequeño desgarro inguinal de pequeño me aplicaron hojas de Malva macerada o hervida (ya tibia) sobre la zona afectada.
Sucede que en casa se hablaba siempre bien de las plantas, se destacaban sus virtudes y atributos. A esta última (a la Malva) se la podía encontrar en cualquier terreno baldío, en una vereda, o a los costados de las vías del tren, etc. Era una ceremonia ir a recolectar estas plantas sagradas, era un hito ritual que se hacía con afecto y pulcritud. Por aquellos años las visitas o paseos de fines de semana a algún campo eran siempre una hermosa aventura, así aprendí a ver un mundo que generalmente la gente no ve. Plagado de plantas con propiedades curativas, con entidad y significados; en la actualidad sigo haciéndolo.
Antonio, mi abuelo se preparaba unos brebajes de ajo y alcohol tremendos, los tomaba por la mañana y su aliento lo delataba, era para la presión sanguínea. Este preparado se llama “tintura madre” que no es más que una solución hidro-alcohólica con los principios activos de algún vegetal. El alcohol funciona como solvente extractivo de las propiedades de lo que se sumerja en él durante dos o tres semanas. Lleva un simple procedimiento.
O vaporizar Eucaliptus o Tomillo para las vías respiratorias, bronquios y pulmones ¿quién no lo ha hecho? Hace más de cuatro mil años los egipcios vaporizaban distintos vegetales arrojándolos sobre piedras calientes de manera ritual, eran ceremonias curativas y la vaporización era la técnica. Hacer Aceite de Cánnabis o ungüentos o pomadas es hacer fitoterapia, hay una especialidad que es la fito-cosmética. Hay tanto para decir.
Entonces, qué es la fitoterapia?
Fitoterapia es un término acuñado por el médico francés Henri Leclerc a principios del siglo XX, un neologismo formado a partir de dos vocablos griegos: phytón (planta) y therapeía (tratamiento). Etimológicamente se refiere al tratamiento de las enfermedades con plantas.
Consiste en el tratamiento de las dolencias con los recursos que nos ofrece la naturaleza a través de los vegetales. No es una terapia moderna y surgió ante la imperiosa necesidad de recuperar y mantener la salud. No es una terapia exclusiva del ser humano, los animales también aprovechan las virtudes de muchos vegetales para mejorar su salud. Vemos que el reino vegetal no solo es el primer eslabón de la cadena trófica, proveyendo de alimento a herbívoros y omnívoros; sino también es el principal proveedor de remedios para los problemas de salud del reino animal.
Buscar los orígenes de la fitoterapia es perderse en los tiempos, lo que sí es curioso es la manera con la que todas las culturas antiguas encontraban las plantas con las propiedades adecuadas para cada afección. Carecían de las técnicas instrumentales y analíticas que en la actualidad utilizamos en nuestros laboratorios. Es difícil hoy entender esto porque no se tiene esa mirada integral y holística sobre la vida y la existencia. Tampoco el culto devocional hacia la Madre Tierra y todos sus habitantes no importe “su reino”. Nada se desentendía de ese sentimiento profundo y trascendente.
Gracias a ese vínculo que fui profundizando cuando por imperiosa necesidad con mi cuerpo muy enfermo hice uso de la fitoterapia, a partir de ella pude conectar con lo esencial de cada planta, de cada ser. Por distintos medios y con distintos procedimientos pude llegar casi hasta el espíritu da cada una y cuando pude acariciar su esencia, pude acariciar mi alma.
Horacio Mesón
horaciomeson@yahoo.com.ar