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La salud en nuestras manos

Actualizado: 24 feb 2023


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Si me pregunto: ¿Por qué la fitoterapia? Es fácil de responder simplemente porque es lo más cercano, es lo que tuve más cerca tanto por afinidad e historia como por proximidad real. Tengo huerta y jardín y las aromáticas son una especialidad como lo son los bonsai. Poseo la certeza por propia experiencia de lo efectivas que son, creo en el poder de sanación de las plantas y en esta disciplina de la que hablamos. Hay infinidad de testimonios para contar.

He trabajado sobre mi aparato digestivo impactado e intoxicado por medicación durante años y he sanado. He regulado la presión sanguínea, el colesterol y los triglicéridos; he curado definitivamente una prostatitis crónica. Hace veinte años quisieron extirparme la vesícula con barro biliar y piedras, sigo con la misma sin piedras y sana. Pero lo más difícil fue salir de un cuadro de depresión severa con ataques de pánico, y dejar la artrosis avanzada que tenía. Definitivamente sucedió y sané.

De la fitoterapia me especialicé en “tinturas madre, ungüentos y aceites”, que son las que utilicé en los distintos casos. Hay una pre-condición para sanar independientemente de la ciencia para la salud que se utilice. Puede ser el Naturismo; la medicina Ayurveda; la Homeopatía; la Aromaterapia; las Flores de Bach; la Chamánica; la Acupuntura; la medicina China y muchas más. Todas necesitan de un disparador y producir un efecto.

Profundizar en un tipo de estilo de vida


Para salir de cualquier enfermedad hay que profundizar en un tipo de estilo de vida. Hay que mantener una intención permanente en el tiempo. Hay que realizar procedimientos simples y claros. Y hay que tomar la salud en las propias manos. Sanar el cuerpo nos obliga a sanar el alma y a constituir el espíritu de manera consciente, es integral la mirada que hay que hacer crecer. Como no debiera estar dividido el pensar, el sentir y el actuar porque esto genera contradicción, divide nuestras fuerzas y nos disgrega. No debe estar separado el cuerpo, de la psiquis y de nuestro espíritu, este es el camino evolutivo de nuestro ser.


Tomar la salud en las propias manos es tomar el destino de la propia vida, las tinturas son un instrumento pero quien dispara el proceso es uno. Hubo descubrimientos hechos en el camino y nuevas puertas quedaron abiertas para seguir investigando. La comprensión de la enfermedad como un fenómeno manifiesto por desarreglos energéticos y químicos. El entusiasmo, la permanencia y el enfoque emocional. El despertar de la fe, simplemente eso. Fe y ganarle a la enfermedad y al sistema. Sí, así de micro y así de macro.

Hubo que ritualizar nuevas costumbres, grabarlas bien, ritos repetidos y rutinarios que a uno le hacen bien. Moderar la emoción, su tono y prestarle particular atención a los procedimientos. La permanencia en la intención y el propósito jalando con fuerza siempre yendo. Y todo esto ha sido ir construyendo un estilo de vida acorde con las propias necesidades y aspiraciones.

Dejar de sentirse un ser-enfermo es una fuerte liberación, pero volver a soñar con la posibilidad de volar sin límites es único y extraordinario.



Horacio Mesón

horaciomeson@yahoo.com.ar



 
 
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